Manuel Mercadal Andrés. Vocabulario de la Sexma de la Honor de Huesa del Común (Teruel).. Libros. Aragón

Manuel Mercadal Andrés. Vocabulario de la Sexma de la Honor de Huesa del Común (Teruel). Libros Aragón.

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Vida de los Municipios

Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 12 de diciembre de 2022 última revisión

Vocabulario de la Sexma de la Honor de Huesa del Comun
Titulo: Vocabulario de la Sexma de la Honor de Huesa del Común (Teruel)

Tema: Lengüística
Autor: Mercadal Andrés, Manuel
Editorial: Cuadernos de Aragón. Institución "Fernando el Católico"
Lugar de Publicacion: Zaragoza
Fecha de Publicacion: 2004
Formato: Cartoné
Paginas: 96
Dimension: 19x14cm

Introducción:

A mediados del siglo XIX, Pascual Madoz ofrecía una descripción detallada de Huesa; en aquella época, la villa contaba -según refiere- con 150 casas, cárcel y escuela de <primeras letras> a la que asistían 40 niños, y entre sus edificios destacaban la iglesia de San Miguel, la ermita de Santa Quiteria y varios molinos harineros, impulsados por el río Aguas: localidad agrícola, en la que ya se cultivaba el azafrán, también disponía de varias fábricas de alfarería y diversos telares de lienzos y cinta. Destacaba Madoz que la villa había disfrutado por su antiguedad de muchos privilegios, <entre los cuales ha tenido la jurisdicción criminal de los pueblos de Blesa, Muniesa, Josa, Cortes, Plou, Maicas y Anadón, los que formaban el Común llamado de Huesa>.

La zona, en la que también hay que incluir Salcedillo y Segura de Baños, tiene sus antecedentes históricos en la división territorial (o sexma) subsiguiente a la repoblación llevada a cabo tras la Reconquista de esas tierras aragonesas.

Quede así, al menos mínimamente, aclarado el título de este libro que no pretende analizar el devenir histórico de este conjunto de localidades, hoy pertenecientes a la provincia de Teruel, aunque sí se interesa por una parcela de su cultura tradicional que, evidentemente, tiene en gran parte raíces históricas: sabido es que las tierras aragonesas poseyeron a lo largo de la Edad Media una modalidad lingüistica propia, derivada directamente desde el latín, que los especialistas denominan romance aragonés. Subsistió con vitalidad hasta finales del siglo XV, momento en que se produjo una intensa castellanización en las tierras centrales y meridionales del reino de Aragón, que elimino las características esenciales de ese aragonés medieval, si bien perduraron todavía -perduran hoy- expresiones y palabras que son herencia de los siglos medievales.

Desde niño, en Blesa, que es la localidad donde nací, escuchaba estas palabras a mis padres, a parientes y vecinos del pueblo, sin tener conciencia de su localismo; cuando empecé a relacionarme con personas de otras zonas que visitaban el pueblo y cuando salí de Blesa por razones de estudios, visitas a los médicos, etc. empecé a darme cuenta de estas particularidades del vocabulario.

Por ello, desde hace casi cuarenta años, me he dedicado a recoger en fichas las palabras cuya singularidad he podido percibir a través de mi propia experiencia, y también otras oídas a personas de Blesa, que después corroboré en las restantes localidades de la Sexma. En total he reunido unas 10.000 palabras que acaso hubieran sido conveniente someter a una más rigurosa selección.

En mi recopilación no he podido partir de la adecuada preparación técnica que requieren los trabajos de esta naturaleza, y mi propósito esencial ha sido recoger todas aquellas palabras que usamos cotidianamente en las localidades de la Sexma y que difieren del castellano normativo: unas veces, a causa de su pronunciación descuidada; otras, porque se emplean con variantes morfológicas distintas de las que tienen en castellano; y también, claro está, porque a menudo estas palabras no aparecen en el Diccionario de la Real Academia.

Guiado por un afán de contribuir al conocimiento de la cultura tradicional de Blesa y de las restantes localidades de esta comarca, también he pensado en la conveniencia de reunir estas palabras como medio de guardar en nuestra memoria colectiva formas tradicionales de trabajo que se han perdido o que se están perdiendo sin remedio, juegos infantiles, costumbres ancestrales.

Lamentablemente, no todas las voces que he anotado gozan de vitalidad en nuestros días, particularmente entre los jóvenes.

Especialmente rico, en el vocabulario que presento, es el campo léxico correspondiente a las plantas; así, las designaciones relacionadas con el azafrán, que en la zona de la Sexma de la Honor de Huesa del Común todavía se cultiva con intensidad:
brin <verticilo floral femenino>,
cerra <hojas longilíneas que nacen desde el bulbo a través de un espárrago para hacer la función clorofilica>,
drogue <verticilo floral masculino de la flor del azafrán>,
floraza <pétalos de la flor del azafrán y otros restos>
gallufa <envolturas exteriores del bulbo del azafrán>

o el de las plantas silvestres comestibles:
ababol <primodio de la amapola, que se consume en ensalada con husillos>,
cardico de olla 6lt;se consume cocido con judías secas>,
colejas <se consumen después de cocidas y revueltas en tortillas>,
ensaladica borde <nace espontánea en huertos, a princiios de primavera>,
husillos <se consumen en ensalada cuando apuntan en la tierra labrada>;

y también las denominaciones de plantas venenosas:
cañijerra <cicuta, muy venenosa por sus alcaloides coniceína y coniína, incluso produce envenenamiento a través de la piel>,
fuchina <yezgo>,
muelas <almortas, que producen la enfermedad del latyrismo>,
tomaticos del diablo <frutos venenosos de la dulcamara>,
raíz de tuca <planta también venenosa>.